Para que sepas que tener comida es una bendición!
Recopilado y redactado por ynometoques
En este intante dejá de pensar en los problemas que te aquejan, los problemas de todos los días. ¿Tenes muchos? Yo también los tengo. El DINERO, el TRABAJO, la RUTINA, la INJUSTICIA, la INDIFERENCIA... pero... ¿Tenes en tu mesa PAN? Si Señor PAN dije... así solito... PAN!
Los problemas que tenemos son TREMENDOS... y mientras pensamos en nuestros GRANDES PROBLEMAS tomamos y comemos algo, no?? Bueno, es así nuestra vida, la vida nuestra, la de los hombres, mujeres e hijos que vivimos en una sociedad consumista, no hay nada que hacer! Y seguirá siendo así. Ahora, no pretendo hacerte sentir culpable!
No pretendo que corras a socorrer a nadie! No pretendo que hables o critiques! Para que sepas yo tampoco saldré a las corridas a socorrer al mundo (o tal vez sí en muy menor escala me considero solidaria). Ni vos, ni yo somos especialmente los culpables (pero si responsables de nuestras actitudes y acciones), sino TODOS los tiempos y hombres que tienen el manejo indecoroso de esta bendita Tierra. Es triste, pero la seguimos tratando mal y con eso, también a todos los seres humanos como nosotros que habitamos en ella. Pero NO TODOS vivimos así! Y que no se te venga a la mente ningún ser millonario pasando un año sabático en Bora Bora. Aquí es donde te digo, como me lo digo a mi misma:
No te olvides que tener pan y agua en tu mesa es una bendición!
Y solo que puedas elegir qué comer, es mas que un lujo, es el paraiso!
Es mejor agradecer esa bendición y saber a conciencia que otros no la tienen!
Y, sobre todo, pasar el ejemplo, con actitudes y acciones,
no importa si las vicisitudes de la vida te impiden ir corriendo a socorrer al que lo necesita, porque sin ir tan lejos, habrá alguien cerca que te necesita!
Ya sabrás qué hacer y cuando!
Lo que verás, no es una novedad, es la VIDA REAL, lo que está ahí y no prestamos atención. Ojo! Seguirá pasando, no va a parar y no me preguntes por qué estoy tan segura! No puedo responderte. Pero, solo tenes que ser un poco menos indiferente al mundo que nos rodea y esto te hará un mejor ser humano, capaz de enseñar a tus hijos y a tu entorno, qué cosas tienen prioridad en la vida, qué es lo que importa! Basta de ver gente indiferente, basta de indolencia y seamos un poco mas justos nosotros, en nuestro propio hogar, en nuestra mesa, con nuestra familia. Solo agradezcamos nuestras vidas con todo lo que se nos ha venido encima, pero también sin hambre y sin sed, porque gracias a eso, podemos leer esto y el diario o un libro, podemos pensar, podemos ser útiles y trabajar para comprar y consumir a diario.
Me adelanto a decir también, que todos somos partícipes de la historia y que nuestros hijos ven cada detalle de nuestras acciones y actitudes, eso nos hace ser mejores y sabremos al final, que no hemos sido indiferentes a este crudo mundo que nos rodea.
Quiero contar la historia de una foto capaz de matarte, pero esa no es mi intención! La intención la he contado ya, pero es importante verla para que haga efecto. He aprendido que los seres humanos somos hijos del rigor. No pretendo que te interese la historia o el largo e interminable tema que le sigue, solo quiero tocar tu corazón y tu raciocinio, tu lógica adulta, tu subjetividad, tu "yo". Y que te lleves esta reflexión sobre lo que ca da uno tiene el poder de elegir. Tampoco se trata de ética o moral, ni de quien buscará la solución. Y que a partir de esta reflexión veas con otra perspectiva lo que tenes o lo que puedes tener con el poder de elegir. Y lo valores cada día, a cada paso, con cada actitud, mirando a los ojos a la persona que tenes frente a vos, la quieras o no. No se trata de a quien apreciemos! Se trata de comprender, se trata de interpretar y se trata también de valorar! Por eso, ESTO, no debes olvidarlo JAMAS! Dejá de ser ciego de espíritu!!
Kevin Carter era un fotógrafo sudafricano que formaba, junto a un grupo de colegas, un colectivo llamado Bang Bang Club. En 1993 fue a fotografiar la hambruna en Sudán. En el poblado de Ayod, tomó la foto de una bebé moribunda que se arrastraba hacia el único sitio donde había comida (según se supo después, la niña estaba a tan sólo cien metros -otros dicen mil-, de distancia de un campamento de ayuda de las Naciones Unidas e intentaba llegar hasta ese sitio para pedir comida), mientras en un cercano segundo plano la esperaba un buitre tres veces más grande que ella. Para la consecución de una foto mejor esperó unos veinte minutos a que el buitre abriera sus alas, lo cual no llegó a ocurrir y finalmente lo ahuyentó para proteger a la niña. Se sabe poco sobre qué fue de la niña. Según Carter, se recuperó lo suficiente para seguir su camino. Sin embargo fue objeto de duras críticas por aprovechar la situación para su propia fama, llegandose a comparar al fotógrafo con el buitre. La foto fue publicada por primera vez el 26 de marzo de 1993 en el New York Times y ganó el premio Pulitzer. Carter fue a recibir el premio a Nueva York pocos días después de que su compañero Ken Ooesterbroek fuera asesinado durante una rebelión y tiroteo en Tokoza, Johannesburgo. En Nueva York, muchos lo criticaron por tomar fotos y no intervenir: le preguntaban por qué no había ayudado a la niña antes de hacer click. El 18 de abril de 1994, cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, se quitó la vida dentro de su camioneta. Al recibir el premio, Carter declaró que aborrecía esa fotografía: “Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla. La odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”.
El fotógrafo había nacido en Sudáfrica en 1961, intentó estudiar la carrera de farmacéutico pero descubrió que no era lo suyo, poco después sobrevivió a un intento de suicidio al ingerir un cóctel de pastillas y veneno y luego debió enfrentarse al servicio militar obligatorio, del que quiso desertar pero terminó retirándose a causa de las heridas que sufrió al estallar una bomba que mató a otras 19 personas que estaban en el mismo sitio que él.Tras esquivar la muerte dos veces, el joven Kevin Carter decidió que era tiempo de vivir y se empleó en una casa de venta de artículos fotográficos, lugar donde se despertó su interés por el tema. Más tarde comenzó a colaborar con el diario Johannesburg Sunday Express como fotógrafo de deportes, luego pasó al Johannesburg Star y finalmente se integró a los primeros grupos de fotógrafos blancos independientes que, preocupados por el apartheid, retrataban la violencia y la crueldad del régimen con el claro propósito de despertar la conciencia del mundo sobre los abusos contra las personas de piel negra en su país.Por su arriesgada forma de trabajar durante los enfrentamientos entre los grupos antiapartheid y las fuerzas del gobierno sudafricano, Carter y otros reporteros blancos amigos suyos recibieron el nombre de El Club Bang-Bang. Tras alcanzar prestigio y reconocimiento merced a aquella cruda fotografía, Kevin Carter fue a trabajar a la agencia fotográfica francesa Sygma, descartando una oferta que le hizo la prestigiosa Magnum. En 1996 el grupo musical Manic Street Preachers incluyó en su disco Everything must go una canción llamada Kevin Carter, que habla del suicidio del fotógrafo. Por otra parte, en el año 2004, el director estadounidense Dan Krauss realizó un documental sobre la vida de Carter que se llamó originalmente The Life of Kevin Carter. Este trabajo fue nominado en 2006 a un premio Oscar en la categoría corto documental bajo el título The Death of Kevin Carter: Casualty of the Bang Bang Club (La muerte de Kevin Carter: Baja del Bang Bang Club).
1 :
Muy fuerte la foto. Parece mentira que suceda. Es verdad, los ejemplos empiezan en casa. Bien por la reflexión.
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