Cambiá esa actitud de mierda queres!!!

Por ynometoques

A mis 37, he visto pasar muchas personas de las cuales me llevo gratos recuerdos por sus actitudes en la vida cotidiana. Esas actitudes son las que proyecto a la hora de enfrentar mi propio enojo a diario. Recuerdo sus buenas actitudes mas allá de los momentos difíciles que han pasado e incluso con allegados u otras personas a quienes nunca han amado o a quien nunca les fue requisito amar (valga la frase). De que valen las malas actitudes para con quienes compartimos o no nuestros días. El fin único es hacer prevalecer nuestro ego, conciente o inconcientemente. No deseo ver a mi lado personas con malas actitudes. Mejor deseo ver que estas personas transformen sus malas actitudes en buenas y loables, hasta ejemplares. Alguno podría preguntar ¿por qué tengo que tener una actitud que le caiga bien a otro? o ¿por qué tengo que dirigir una mirada agradable a otra si no me interesa? Quizá no tengo la mejor respuesta. De hecho, no la tengo. Creo que una buena actitud no debería costar nada. Pararse a pensar unos momentos antes de cometer un acto insensible, frio y que de una u otra manera producirá malestar en el receptor. Como sea, me ha tocado conocer personas muy agradables, con muchos pero muchos y graves problemas, que a la hora de ser humanos, lo eran con una sonrisa o con buen aspecto al menos. Pero también he conocido personas que podrían modificar sus conductas y mantienen intacto un recelo consecuente hacia otros que nada les han hecho. Hasta recuerdo sus rostros en momentos especiales en que me han provocado dolor ajeno. Les agradezco entonces a todos, por haber enriquecido mi corazón y aprender cuales son las actitudes que quiero proyectar y cuales peleo a diario porque no existan, solo porque no deben existir. Aquí va un texto que encontré por allí para aquellos que con aires desvirtuados se rien de nuestros viejos (hayan sido quienes hayan sido, malos o buenos, piolas o no) o de las personas con mas edad. Creo que todavía a mi me queda pudor y respeto en algunas actitudes en este sentido. Para pensar también en que nosotros también seremos viejos y cosecharemos de acuerdo a las actitudes que sembramos entre nosotros.

"Cuando sea viejo"

El día que este viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme. Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñándote a hacer las mismas cosas. Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces cuando niño te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo. No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo. Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona. Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.

Cuando en algún momento mientras hablamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mi; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con que me escuches en ese momento. Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Se cuanto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir. Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuanto te ame. Trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevivo, y eso no es vivir. Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.

No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir. De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.

1 :

Anónimo dijo...

Hola!
buscando ayuda para borrar de mi las malas actitudes llegue aquí,leí concentradamente tu opinion y me agrado, admito ser una persona con malas actitudes, que a mucha gente he dañado de alguna manera y ya quiero parar con esto porque es repugnante que todo lo que uno brinde sea mala onda y nada positivo, al final sino cambio sé que me quedaré sola y sin amigos. Ojala más personas lean este texto y les haga pensar como a mi.
Te dejo un saludo
Kathy.